Cuando se depende de procesos establecidos la innovación sufre, es lamentable que en su gran mayoría las grandes ideas dejan de ser grandes por el cansancio y la insistencia, tal cual árbol recién cortado algún día volverá a retoñar. Hoy les quiero compartir sobre los ciclos de estabilidad.
Es así como los grandes deseos resultan caer y estabilizarse en lo que logramos definir como la normalidad, ese espacio de confort donde nos encontramos cómodamente y que cualquier cambio contundente es rechazado o desechado por el mismo sistema establecido. Es ahí donde la capacidad de innovar se convierte en más en un proceso de insistencia más que uno donde signifique cambiar y generar mayores beneficios.
La cadena de la comodidad
La comodidad nos hace presa de lo cotidiano y todo lo que se genera en el día a día se torna cada vez más natural. Son los ciclos de la normalidad la que nos empuja y nos mantiene con la mente reclusa. En mi reciente libro comparto sobre los procesos y de las capacidades necesarias para romper estos ciclos, lo cual no es tarea fácil siendo que muchas veces no nos damos cuenta que ya nos encontramos en uno.
El poder de vislumbrar qué nos adecuamos a las circunstancias es más natural que hacer que las circunstancias se adapten a nuestros caminos y deseos en donde se puede considerar que controlamos nuestro destino.
Lo que causa
Al final lo dañino de los ciclos de estabilidad y normalidad aparente es la nos lleva a vivir y afrontar los retos desde una perspectiva general, todo proceso de generación para las nuevas ideas tiene que tener su tiempo de asimilación como lo establecido y hasta donde se puede llegar y llevar. El proceso mismo de la constante construcción hace que se pueda ir abonando al logro de objetivos.
Todo ello es el momento mismo donde surgen las opciones más allá de la caja. Y eso, realmente representa una razón de contribuir.