La reciente creación de la Agencia de Transformación Digital y de Telecomunicaciones (ATDT) es un paso crucial en la dirección correcta, un reconocimiento de que México necesita urgentemente una modernización digital profunda. No se trata solo de digitalizar trámites, sino de repensar la relación entre el gobierno y los ciudadanos en la era digital.
El pasado 14 de noviembre, el anuncio de la Agencia de Transformación Digital y de Telecomunicaciones (ATDT) marca un hito en la historia de la administración pública en México. Con la promesa de un gobierno digitalizado, eficiente y transparente, la ATDT, liderada por José Antonio Peña Merino, se presenta como la punta de lanza para llevar a México hacia una nueva era tecnológica. La creación de la ATDT tiene el potencial de transformar la relación entre el gobierno y los ciudadanos. Se espera que la digitalización de trámites simplifique procesos burocráticos, reduzca la corrupción y facilite el acceso a servicios públicos. Además, la ATDT podría impulsar la innovación tecnológica en el país y promover la inclusión digital.
Una burocracia innovadora
Durante años, la burocracia mexicana se ha caracterizado por su lentitud, complejidad y opacidad. Trámites engorrosos, filas interminables y la sensación de navegar en un mar de papeleo han sido la norma para millones de mexicanos. Esto no solo genera frustración e ineficiencia, sino que también perpetúa la desigualdad, ya que quienes tienen menos recursos o acceso a la tecnología se ven aún más marginados.
La transformación digital que propone la ATDT tiene el potencial de cambiar este panorama. Pensemos por un momento en un México donde los ciudadanos puedan realizar la mayoría de los trámites desde la comodidad de sus hogares, con un solo clic o tap. Un México donde la información gubernamental sea accesible y transparente para todos, fomentando la rendición de cuentas y la participación ciudadana. Un México donde la tecnología se utilice para cerrar la brecha digital y brindar oportunidades a todos, sin importar su ubicación o condición social.
Más allá de la digitalización
Sin embargo, para que esta visión se haga realidad, la transformación digital debe ir más allá de la digitalización de procesos. Requiere un cambio de mentalidad en la administración pública, una apuesta decidida por la innovación, la eficiencia y la transparencia. Se necesitan plataformas digitales robustas, seguras y fáciles de usar, pero también capacitación para los funcionarios y la ciudadanía, para que todos puedan aprovechar al máximo las nuevas herramientas.
La ATDT tiene un papel fundamental que jugar en este proceso. No solo debe ser un ente ejecutor, sino también un impulsor de la innovación, un facilitador del cambio y un garante de la inclusión digital. Su éxito dependerá de su capacidad para coordinar esfuerzos, generar confianza y articular una visión a largo plazo que trascienda los sexenios.
La digitalización no es un lujo
En conclusión, la transformación digital no es un lujo, sino una necesidad para México. Es una oportunidad para construir un gobierno más eficiente, transparente y cercano a la ciudadanía. Es una oportunidad para impulsar el desarrollo económico y social, cerrar brechas y construir un país más justo e inclusivo.
Adicionalmente la tecnología también puede ser una herramienta poderosa para prevenir y detectar actos de corrupción. Sistemas de análisis de datos pueden identificar patrones sospechosos en contrataciones públicas o en la asignación de recursos. Plataformas digitales pueden facilitar la denuncia anónima de actos de corrupción y agilizar las investigaciones.
La ATDT es un primer paso importante, pero el camino por recorrer aún es largo. Es hora de que todos, gobierno, ciudadanos y sector privado, nos sumemos a este esfuerzo y construyamos juntos el México digital del futuro.